Los Dioses de Auleaia:
Aaliyah & Claire
Todo tuvo comienzo en una feria tradicional y muy famosa en toda Auleaia desde tiempos inmemoriales.
Claire al llegar a Scarborough, aldea donde se celebraba dicha festividad, como motivo del nacimiento de su Mundo.
Por lo que tal festividad iba en honor a los dioses que hubo en ese momento, los creadores de Auleaia y de toda vida que habitaba y habita en ella.
Quería dejar de lado sus labores como "La Elegida" por los Dioses, así que se hacía pasar por una pueblerina más, ya que era bastante conocida por sus "milagros" y proezas como sanadora. Así que consiguió disfrutar de aquella feria, en la cual, mirando los diferentes puestos donde se vendía todo tipo de cosas, llegó a conocer a Aaliyah, un joven mercader originario de dicha aldea.
Le llamó la atención su destreza para terminar de perfilar, afilar y dar los últimos toques a las armas, cuchillos de cocina y demases con tanta soltura. Aunque percibió que no había realizado ningún bastón, lo cual, le entristeció ya que le hubiera encantado tener algo hecho por sus manos. A pesar de ello, ella se aproximó y con una cálida sonrisa, le miró y preguntó: "¿Podría hacerme un cetro o un bastón si se lo encargase?" Y en ese momento, no solo las palabras de la contraria captaron su atención, sino tal encargo, novedoso para él.
Lo consideró como un reto personal y sin dudarlo, asintió y aceptó el desafío. "Por supuesto señorita, no hay nada que no pueda fabricar".
Desde ese momento, tuvieron que verse continuamente para asegurarse el joven, que dicho encargo se desarrollaba al gusto y necesidades de Claire. Eso provocó que una buena amistad se fuera construyendo con el paso de ese mes, duración que tenía dicha feria. Cierto interés más allá de una amistad se iba formando a un paso muy lento, siendo ambos ignorantes de tal sentimiento mutuo.
Siendo conocedora de que el joven tendría que partir apenas terminó la feria en busca de bienes y materiales para realizar más armas, decidió por su cuenta que le acompañaría en su viaje por mucho que le pusiera pegas. Tras eso, ocultaria sus intenciones de ir peregrinando de templo en templo de cada aldea o capital, para bendecir a sus ciudadanos. Aunque... Sus intenciones se vieron truncadas tras la segunda aldea que pisarian en su viaje, donde no tardaron mucho en reconocerla.
Aaliyah, sorprendido por tal revelación, lejos de enfadarse por haber sido engañado parcialmente, le expresó sus más sinceros respetos. Acciones y palabras que no deseaba recibir de él pues, no quería que su amistad se enfriara por ello. Ante esto, actuaban entre sí como sino hubiera pasado nada, dejando de lado la posición tan importante que la joven ocultaba durante el resto de su viaje. En el transcurso de su travesía, llegaron a conocer a los líderes de las familias más poderosas de toda Auleaia, quienes la apoyaban y admiraban por sus más sinceras y puras acciones. Ellos, llegaron a tomar la decisión de acompañar a los dos hasta el que sería, su destino final: La Capital del Reino de Kimura, Ghryle.
Tras un día que decidieron descansar para conocer la ciudadela y disfrutar tiempo entre todos, a la noche en la posada, Claire tuvo un sueño premonitorio. Un aviso de que, la paz que ellos conocían, iba a ser amenazada en un futuro cercano. Desconocía exactamente de cuando pero... Todo apuntaba a que no tenía que tomarse a la ligera. Ya que, vió cosas propias de una guerra despiadada y cruel.
Dicha premonición compartió con las personas de mayor rango en el templo, los cuales junto con ellos decidieron prepararse lo mejor posible, con intenciones de que dicha guerra, no acabara de la peor manera posible pues, con quienes se iban a enfrentar, aunque fuesen humanos sin ningún ápice de magia en ellos, no podían subestimarlos.
Y tomaron una buena decisión al no confiarse, pero por desgracia, no estuvieron preparados para lo que tuvieron que presenciar...
Formaron una Alianza con todos los países lindantes y lejanos que apoyaban su causa, eran considerablemente más fuertes e incluso de mayor número de soldados, pero no fue suficiente.
El Imperio Zettagïs arrasó en las primeras batallas, empleando unas armas que, criaturas mágicas, magos e incluso los humanos que luchaban en el frente de la Alianza, desconocían por completo.
Tuvieron que retirarse pues desconocían cómo pudieron conseguir tal armamento capaz de neutralizar e incluso de destruir la magia, provocando la muerte instantánea de criaturas mágicas y el dolor agonizante a magos y curanderos.
Ante tal amenaza, no sabían cuál era la mejor manera de enfrentarles, pero no podían permanecer de brazos cruzados o todos los civiles inocentes de los diferentes territorios, serían invadidos sin miramiento alguno por sus vidas.
Tenían que seguir observando al enemigo mientras lo combatían en el frente, dividiendose en dos grupos, se vieron obligados a separarse para encontrar de algún modo, alguna pista, alguna debilidad para poder hacer mella entre sus tropas sin sacrificar más vidas.
Quién les iba a decir, que jamás volverían todos juntos una vez se reunieran de nuevo...
Y lo peor de todo, es que se perdieron las vidas de dos de los líderes junto con la de La Elegida.
Aquello no solo produjo un gran impacto moral entre las tropas de la Alianza, sino también en ese pequeño círculo formado por Aaliyah y los demás supervivientes. No solo habian perdido amigos y familia, sino también la esperanza que Claire, como mensajera de los Dioses, brindaba con su más pura y resplandeciente luz.
El corazón del joven mercader se vió teñido lentamente por las tinieblas de la desesperanza, pues únicamente lo que veía caer a su alrededor y a sus pies no era nada más que las vidas sesgadas de todos y cada uno de ellos.
Lo que desconcertó aún más, fue lo sucedido en la última batalla, desarrollada en Ghryle.
Y es que, sus contrincantes eran todos aquellos que cayeron en todas y cada una de las batallas, tanto los que formaron parte de la Alianza como los pertenecientes a Zettagïs.
Eran, aparentemente, carcasas vacías que se levantaban cada vez que Claire sanaba sus cuerpos.
Todo pintaba a que iba a ser el final de la Alianza, una esperada derrota ya que estaban completamente acabados por mucho que luchasen.
Pero los Antiguos Dioses no iban a permitir que tal desequilibrio se hiciera una realidad, y Aaliyah al igual que los demás, recibieron su bendición en sus armas.
La bendición de darles eterno descanso a esos cadáveres andantes y a sus almas encerradas, aprisionadas en esos cuerpos que dejaron de ser suyos.
Iba a ser una tarea difícil, pero muy decisiva si querían salvar y reconstruir todo aquello que habían perdido. Asi que, con las armas en alto, cargaron una vez más, con todas sus fuerzas al enemigo.
Aaliyah, por cada golpe que daba con su espada que asestaba, recuerdos nostálgicos desde los comienzos de todo, inundaban su mente:
El día en el que conoció a Claire.
Los días tan alegres que compartía con ella durante el viaje.
Aquellas promesas de amistad entre los líderes, al igual que juramentos de lealtad.
Esos entrenamientos bastante cómicos.
Esas noches de estrellas fugaces, en los campamentos de dicha guerra, deseando un mundo de paz en el que permanecer todos juntos.
Los deseos llenos de esperanza, amistad y amor que por cosas del Destino, jamás se harían realidad...
El joven, atacaba con rabia, impotencia, tristeza... Pues por mucho que conseguían reducir el número considerablemente, estaban agotados, gravemente heridos y cualquier error puede ser fatal.
Lágrimas caían por sus mejillas mientras gritaba al ver a sus amigos caer una vez alcanzaron a Claire.
Quedó solo en ese mar de cuerpos y sangre.
Al alzar la mirada...jadeante y gravemente herido, vislumbró a esa joven de cortos cabellos a escasos metros de distancia desde su posición, la cual corría hacia él con intenciones de acabar con su vida.
Y miró ese cetro, el que le hizo en dicha feria.
Sonrió con cansancio, le parecía gracioso como iba a morir a manos de una de sus propias creaciones, empuñada nada más y nada menos por la persona que más amaba en el mundo... Y aquella, que perdió sin haber podido hacer algo al respecto.
Empuñó su espada una vez más y cuando estuvieron lo suficientemente cerca el uno del otro...ambos habían asestado el golpe de gracia, el cual, acabaría con la vida de ambos.
Pero Aaliyah no temía a la muerte si con ello se reencontraba con sus amigos y con la joven que amaba.
Tras sentir esa herida mortal en su pecho, sonrió y abrazó a Claire para poder susurrarle al oído, con esperanzas de que pudiera escucharle.
"Si hay una próxima vida después de la muerte...te juro que te encontraré, mi más preciada y tierna flor... Te amo y siempre te amaré"
Claire, sintiendo cómo su cuerpo iba cayendo en el mismo descanso, sus mejillas se inundaron de lágrimas, apreciando la sonrisa del contrario para, segundos antes de morir ambos...darle ese primer y último beso.
Ante lo acontecido, los Dioses Antiguos tomaron la decisión de tomar las almas de los amantes y de los líderes, concediendoles lo que desearon, estar juntos.
La única diferencia, es que pasarían a ser una nueva generación de Dioses, aún recordados y benerados hasta nuestros días gracias a una canción popular, que daba la introducción a ésta leyenda, transmitida de generación en generación de forma oral y escrita.